Viñedos Ferriño

Una joya de historia y belleza natural

Desde 1860, sus vides centenarias han sido testigos del paso del tiempo, irradiadas por el sol y cobijadas por la sombra de los cerros al atardecer son un espectáculo para cualquiera que se atreva a disfrutarlo.

Al caer la tarde, el cielo se tiñe de dorado, creando una atmósfera mágica que invita a la contemplación. Los Viñedos Ferriño son un lugar único donde la historia, la naturaleza y la belleza se unen en perfecta armonía.

Proceso de elaboración

Excelencia en cada botella

Vendimia

1° Paso

El proceso para hacer vino tinto comienza con la vendimia, la cosecha de las uvas cuando están maduras. Las uvas se recogen a mano o con máquinas y se llevan a la bodega. Aquí, se despalillan y se estrujan para liberar el mosto, el jugo de uva, que contiene las pieles, semillas y pulpa.

Prensado

3° Paso

Una vez completada la fermentación, el vino se separa de los sólidos, un proceso conocido como prensado. El líquido resultante se transfiere a barricas de roble o tanques de acero inoxidable para la fermentación maloláctica, que suaviza la acidez del vino. Esta etapa puede durar varias semanas y es crucial para el desarrollo del carácter del vino tinto.

Fermentación

2° Paso

Luego, el mosto se traslada a tanques de fermentación, donde se le añade levadura para iniciar la fermentación alcohólica. Durante esta fase, los azúcares del mosto se convierten en alcohol y dióxido de carbono. La fermentación dura entre una a dos semanas y se realiza a temperaturas controladas para obtener los mejores aromas y sabores.

Envejecimiento y Embotellado

Último Paso

Finalmente, el vino envejece durante varios meses o años, dependiendo del tipo de vino que se desea producir. Durante este tiempo, el vino se clarifica y se estabiliza. Una vez alcanzado el punto óptimo de maduración, se embotella y se deja reposar un tiempo adicional antes de salir al mercado, listo para ser disfrutado.

Bodega

Construcción original del siglo XIX

La Bodega es un museo que te transporta en el tiempo con sus gruesos muros de adobe, techos de morillos y carrizo, se convierten en un refugio del ruido exterior rodeándote con los aromas desprendidos del proceso de añejamiento, melaza, higo, uva, balsámico y madera.

Las canaletas rebozantes de agua que vienen por el exterior y atraviesan la bodega refrescan el interior, mientras que la luz que entra a través de las ventanas se vuelve cálida en un instante haciéndote sentir en una postal de la revolución